BOTOX

¿Qué es la toxina botulínica?

La toxina botulínica tipo A (conocida popularmente como Botox) es una sustancia que paraliza o disminuye la función del músculo sobre el que se aplica. Actualmente se utiliza sobre todo como tratamiento cosmético para disminuir las arrugas de expresión de la cara. Con esta técnica se relajan temporalmente los músculos faciales, previniendo la formación de arrugas y suavizando las ya existentes, hasta hacerlas prácticamente imperceptibles. La toxina botulínica consigue que la piel del rostro tenga un aspecto liso ofreciendo un efecto lifting. Los músculos se tratan con una gran precisión para obtener los resultados esperados, fiables y satisfactorios.

¿En qué casos se utiliza?

– Arrugas de expresión del tercio superior de la cara
– Eliminación de las llamadas «patas de gallo»
– Elevación de las cejas
– Elevación de la punta de la nariz
– Eliminación de las bandas platismales del cuello

¿Cómo se realiza el tratamiento?

– El tratamiento se realiza habitualmente en la consulta
– El especialista en estética oculofacial aplica una pomada anestésica antes del tratamiento para evitar posibles molestias al paciente
– La toxina botulínica se aplica en pequeñas cantidades en los músculos del rostro hasta conseguir los resultados deseados
– Después del tratamiento se recomienda no realizar ejercicio durante las primeras 24 horas, no tomar el sol ni realizarse masajes faciales
– Los resultados definitivos pueden apreciarse 4 días después y los efectos duran entre 5 y 6 meses, desapareciendo de forma progresiva
– Este tratamiento se puede complementar con otros tratamientos estéticos: láser o ácido hialurónico
– Aunque es un tratamiento sencillo y seguro, debe ser administrado por personal médico cualificado, con experiencia y un conocimiento exhaustivo de la anatomía facial para evitar complicaciones innecesarias derivadas de un mal uso y conseguir el efecto deseado.