CIRUGÍA PLÁSTICA OCULAR Y VÍA LAGRIMAL
La cirugía oculoplástica es la subespecialidad de la oftalmología que trata los problemas de los párpados, la órbita y la vía lagrimal. Esto incluye las malposiciones palpebrales como el párpado caído, tumores, reconstrucciones, problemas de lagrimeo y muchas otras patologías. Además, la cirugía oculoplástica engloba una gran variedad de tratamientos rejuvenecedores faciales, sean quirúrgicos como la blefaroplastia o médicos como la Toxina Botulínica Tipo A y el ácido hialurónico.
La compleja anatomía de los párpados y su íntima relación con el ojo, hace fundamental que sea un oftalmólogo especializado en cirugía oculoplástica quien trate estos problemas. Además, la familiaridad con el globo ocular y sus estructuras anejas es esencial para poder realizar cirugía cosmética periocular de forma correcta y segura.
La vía lagrimal normal
La vía de drenaje normal de las lágrimas se origina en el canto interno de la hendidura palpebral, cerca de la nariz. De allí parten dos pequeños conductos llamados canalículos lagrimales. Éstos se originan en el párpado superior e inferior y drenan en el saco lagrimal. El saco lagrimal drena directamente a la nariz a través del conducto lacrimonasal. En condiciones normales, el volumen de lágrimas es imperceptible en la nariz ya que éstas se reabsorben ayudadas por el contínuo paso de aire. Cuando lloramos, en cambio, el incremento en el volumen de lágrimas se percibe como mucosidad nasal. Los recién nacidos pueden presentar en ocasiones una obstrucción baja del conducto lacrimonasal. Esto se debe a una inmadurez del sistema que en la mayoría de casos se soluciona espontáneamente antes del año de edad. En adultos, la afección más común del sistema lagrimal ocurre a nivel del conducto lacrimonasal. Por causas que se desconocen, el conducto se estrecha con la edad y puede llegar a cerrarse completamente. Esto ocurre más frecuentemente en mujeres por encima de los 50 años de edad. La estenosis del conducto lacrimonasal, además del lagrimeo, hace que el saco lagrimal sea más propenso a la infección. Ésta se denomina dacriocistitis y se caracteriza por dolor, enrojecimiento y en ocasiones absceso en la zona del saco lagrimal. La obstrucción del conducto lacrimonasal sólo tiene tratamiento quirúrgico y se denomina dacriocistorrinostomía. Esto significa crear una nueva vía para las lágrimas que va desde el saco lagrimal hasta la nariz, evitando el conducto lacrimonasal obstruido. Se trata de una cirugía ambulatoria que en la gran mayoría de casos se realiza bajo anestesia local con sedación.