OJO SECO Y SUPERFICIE OCULAR

Entendemos por ojo seco aquella condición en la que la superficie ocular se encuentra reseca como consecuencia de un déficit en la cantidad o una disminución en la calidad de la lágrima. Existe un importante componente ambiental, con agravamiento en ambientes hostiles en los que aumenta la evaporación de la lágrima, como exposición a aire acondicionado, calefacción, humos o viento, y en determinadas épocas del año según la humedad ambiental.

La mayoría de de los casos se produce en personas sanas que presentan formas leves o moderadas de ojo seco. Aunque los síntomas son muy molestos, rara vez llega a producir lesiones importantes en el ojo. Únicamente una minoría de casos está asociado a alguna enfermedad sintémica (Síndrome de Sjögren, artritis reumatoide, lupus eritematoso…) o a la administración de ciertos medicamentos orales (antidepresivos, ansiolíticos, antihistamínicos, diuréticos…).

Lo padecen con mayor frecuencia las mujeres, debido a cambios hormonales asociados, y la incidencia va en aumento con la edad.

Síntomas

El síntoma principal es la sensación de cuerpo extraño o quemazón, que ocasiona gran malestar, principalmente tras el sueño, tras una lectura o visualización de una pantalla de forma prolongada (es en estas situaciones cuando se produce una disminución del parpadeo, y por tanto de la distribución de la  lágrima). Otros síntomas son el picor, la pesadez palpebral, la intolerancia a las lentes de contacto, fotofobia, visión borrosa transitoria, lagrimeo paradójico y secreción mucosa.

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Tratamiento

En la actualidad no existe cura definitiva para el síndrome del ojo seco, aunque la ciencia médica no deja de realizar avances en la tecnología de su tratamiento. Muchos pacientes logran controlar sus síntomas y minimizar las molestias causadas por este trastorno. Un tratamiento adecuado del ojo seco se elige en función de la causa médica de la patología.

Según las directrices establecidas por la Academia Americana de Oftalmología entre principales tratamientos para este síndrome se encuentran el tratamiento sustitutivo con lágrimas artificiales, el implante de tapones lagrimales de silicona, el uso de suero autólogo y los tratamientos antiinflamatorios.